En estas pasadas semanas venimos viendo, escuchando y leyendo, innumerables noticias, comentarios, informes, tertulias y en general, que hablan que entramos en una nueva etapa donde algunos quieren romper el actual marco de convivencia, para emanciparse de nuestro actual estado e irse por libre con nombre y apellidos de soltera.
En el desgaste que está suponiendo para los ciudadanos sobrevivir estos tiempos, aparecen algunos con la feliz ocurrencia de plantear que irse por su cuenta les garantiza su futuro, y esto lo dicen aprovechando la decepción generalizada que recorre este país de esquina a esquina, especialmente con la gestión de nuestros políticos.
En un mundo cada vez más globalizado, donde ha quedado claro el inmenso poder del sistema financiero sobre los estados, algunos de los cuales han sido arrodillados ante ellos. En un cambio de era donde los centros de poder y de decisión se mueven hacia otras latitudes del orbe, donde se compite por innovación, por productividad, por formación, por la eliminación de barreras al comercio, por la alta tecnología, por las materias primas, el ser nodo de las comunicaciones.....
En este océano de cambios brutales en la configuración del mundo que habíamos conocido, a algunos se les ocurre la brillante idea de subirse en una pequeña barca a modo de nueva nación, desgajarse del que siempre fue su marco natural e intentar iniciar una travesía en solitario con una convicción firme (y en mi opinión, errónea) de que les irá mejor así.
Soy totalmente partidario que cuando las cosas no funcionan en una relación por mucho que se hable, es mejor la ruptura y que cada uno vaya por su camino.
Me da la sensación que a los ciudadanos catalanes se les ha ilusionado con un futuro brillante e independiente, tan pronto su barca salga al océano abierto de la independencia, pero también que en esa consigna, se oculta la realidad obvia, que no serán mares someros de azules y limpias aguas, no. Ahí fuera se mueven los monstruosos cargueros de los intereses económicos de los grandes jugadores. Los gigantescos emporios financieros e industriales, los intereses políticos y las grandes geo-estrategias del tablero de poder internacional. La oscura lucha por el control de las materias primas, donde confabulan gobiernos y corporaciones dirigidas desde altos rascacielos....
Espero que sea cual sea la decisión que se tome, las partes que se separan sean plenamente consciente de las consecuencias del divorcio, y que no quede mucho daño colateral en forma custodias compartidas de ciudadanos que se van a sentir en medio de ninguna parte, y que una vez más, pagarán el pato de creer a aquellos que han demostrado en el pasado que solo ven por la estrecha mirilla de sus ambiciones personales.
Dice el refrán, que a perro flaco todo son pulgas, y es que este país nuestro, cuando demuestra la más mínima debilidad, se viene abajo como un castillo de naipes.
El pesimismo del español es casi genético y sirva como ejemplo los comentarios y críticas con el que castigan a la selección española cuando comienza un campeonato, con no tan buen pie como se especulaba, causando verdadero sentimiento de tristeza en una afición que al final termina celebrando títulos.
Poniendo a la selección como ejemplo, sería bueno recordar aquel grito que decía ¡podemos! , pues creo realmente en el poder de esa consigna, y de este país para sobreponerse a los problemas y las contrariedades.
Dicen que la unidad hace la fuerza, pero también que más vale solo que mal acompañado.
Confiemos en que Dios nos muestre el camino correcto a todos, y que creamos en ese "podemos" que nos ha de llevar a salir de este agujero sin fondo aparente.
Feliz sábado
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