sábado, 12 de febrero de 2011

Revueltas y revoluciones...

Medio planeta se congratula hoy del logro del pueblo egipcio. LLevan semanas de protestas, aguantando tenaz e insistentemente por defender sus convicciones y deses que han acabado con más de 30 años de una dictadura, paternalista y patética que ha decidido por ellos y sus destinos.

La otra mitad del mundo mira con esperanza como hacer lo propio con lo que tienen en casa, decenas de dictaduras que ahogan el crecimiento y desarrollo de sus pueblos, utilizando en casi todos los casos el terror, la mentira y la manipulación para hacer creer que los cambios solo les conducirían a peor. Ahí están los chinos, engañados por un fulgurante crecimiento económico pero sin libertad, los cubanos, ahogados en la anacrónica promesa de una sociedad justa pero que nunca lo fue.

Lo que hemos visto y oído nos ha llenado de esperanza. Han sido los jóvenes, usando herramientas del llamado "mundo libre", como las redes sociales y otros recursos que nos ofrece este maravilloso invento de internet, quienes se han movilizado contra estos regímenes y han alzado la voz del cambio.

Todo empezó con el suicidio de un frutero en Túnez, que se quitó la vida ante el ahogo y la opresión que su país tenía sobre sus expectativas de futuro. Fueron otros, y serán más y más quienes arriesguen sus vidas en esta ola de libertad, que Dios quiera que no pare y se lleve por delante a todos los opresores y las penurias con las que condenan a sus pueblos.

¿Y nosotros qué? Pues nosotros estamos cómodamente viendo el espectáculo: A los que la puta crisis no ha golpeado, dando gracias por seguir manteniendo un nivel de vida aceptable. A los parados y todos aquello que esta situación se ha llevado por delante, no les queda tiempo de pensar en otra libertad, que la de poder tener los recursos para sacar sus vidas y sus familias adelante. Salir del agujero en el que han caído.

¿Agujero? si, agujero en el que han caído no, al que los han empujado. Esos del Fondo Monetario Internacional que no vieron nada, no vieron ni sus putas narices. A esos bancos que te ofrecían y ofrecían como si la orgía del crédito no tuviera fin y todos fuéran inversores de éxito cuyas propiedades les garantizarían vidas de rico. Esos bancos que ahorae ahora no se conforman con quitarles las casas a la gentes a las que se las financiaron, con valoraciones manipuladas al alza, pero que ahora tocan a la baja. Esas que no se quedan satisfechas con dejar al ciudadano sin su casa, sino que van por el poco patrimonio que les haya podido quedar, para ahora y para el futuro.

A los que han especulado con el suelo, a todos los alcaldes mamones que empujaron y empujaron los desarrollos urbanísticos y no se preocuparon de pensar en diversificar el sistema productivo dando la espalda a los que con toda confianza, les eligieron.

Ahora toca especular con los alimentos básicos. el trigo, arroz, maíz, las llamadas materias primas, los esquilmados mares... las energías de sustitución del petróleo que no llegan ante la presión de los que aún poseen el control sobre el mismo. Se compran y se venden derechos de emisiones de CO2 mientras los niños se mueren de hambre en los países pobres porque sus escasos medios de subsistencia son ahora materia de especulación mercantil.

En Egipto, y en muchos países árabes se va a vivir una ola de aire fresco que va a cambiar sus vidas. No será gratis y tendrán que hacer un gran sacrificio, pero no me cabe duda que lo conseguirán. Sinceramente me da mucha envidia ese empuje y esa capacidad de lucha contra los sistemas establecidos.

Nosotros, los occidentales, los corderitos occidentales, en nuestros sillones, seguiremos mirando al cielo. Pero no al cielo donde la fé de algunos (cada vez menos) pone a Dios , sino al cielo de los despachos de los grandes rascacielos, donde habitan esos que gobiernan el mundo en la sombras de las alturas: los mercados. Los que dictan lo que valemos y lo que dejamos de valer. A esos, nosotros les tendríamos que hacer una gran revuelta, una más grande que la que estamos observando en las plazas de los países árabes.

Pues viendo como cambia el mundo (o parte de él) desde una ventana electrónica como es internet, este que escribe se pregunta que poder hacer para también nosotros revelarnos contra esta dictadura amoral, sucia pero elegante e invisible a la que nos han sometido bancos, financieras, capital riesgo, especuladores, políticos y otros mamones varios, en los que se puede incluir a nosotros mismos, por ilusos e imprudentes...

Feliz fin de semana a todos, y piensen como ser más "activos" en defendernos, que internet y facebook no sólo están para colgar gracietas y fotos y eso nos lo han mostrado bien los egipcios y los tunecinos.

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