domingo, 26 de julio de 2009

Verano


Son las 4.24 de la madrugada. El calor insoportable ha hecho que me despierte sudando, buscando en la oscuridad un sorbo de agua.

Hoy es una de esas noches que nos hacen sentir los rigores del verano y que a la vez me recuerda que siempre fue así. Antaño recuerdo hasta dormir en el suelo para poder soportar aquellas noches de calor.

El recuerdo sobre el tiempo meteorológico pasado, suele ser siempre difuso. Solemos tener poca memoria para establecer relaciones o comparaciones entre unas estaciones y otras, si este verano está siendo más o menos caluroso que el anterior, o si aquel invierno llovió más que el pasado. Esto del blog me permitirá dejar constancia de una noche muy calurosa, cosas de las tecnologías que sirven para almacenar recuerdos.

Me vienen a la cabeza aquellas noches que todos tenemos en el recuerdo. De niños cuando ese calor veraniego justificaba estar en las calles hasta tarde, con la gente sentada a las puertas de sus casas para poder disfrutar de la escasa brisa que de vez en cuando refrescaba la noche. El aleteo de abanicos y ventiladores y conversaciones hasta las madrugadas. Hoy ya no se da esa actividad, substituída por el monotono ruido de los aparatos de aire acondicionado.

Recuerdo aquella vieja guagua destartalada que sólo salía a las 12 o a las 2 de la tarde, que llenaba las mañanas de ansiedad por que se lo llevaran a uno a la costa, y luego de tristeza cuando se acercaba el momento en el que aquella misma guagua cubría el último trayecto hasta el pueblo. El no poderte bañar hasta no se cuantas horas después de haber comido, y lo desesperante que era tener el mar ahí con su invitación constante a saltarte esa regla de la digestión, aún a riesgo de sufrir todos los males que nos decían.

Muchos recuerdos de muchos veranos, siempre más activos que los inviernos, por sus tardes más largas, por coincidir con las vacaciones, por haber sido, casi siempre, un periodo de felicidad.

A medida que uno se ha hecho mayor, se da cuenta del cambio radical que todo ha sufrido, pero que en escencia, seguimos con ese amor al verano, a disfrutarlo al máximo como el mejor periodo del año. Ahora que uno trabaja y tiene responsabilidades, intenta disfrutar ese periodo que queda entre que sale del trabajo y cae la noche, para aprovechar a estar en la playa, con los amigos, frente a los atardeceres o tirado al fresco.

Sin duda para mi el verano sigue siendo la magia del año. No hay otro periodo en el que la vitalidad irrumpa con más fuerza, el reinado de la chola y el short. Desde finales de mayo ya se respira verano;La noche de San Juan y el solsticio marca ese periodo donde al sol le da pereza marcharse y la noche se acorta por lo tarde que nos vamos a la cama.

Los recuerdos de este verano amenizarán la llegada del otoño, ese momento en que con el cambio de hora, se traspasa la frontera que nos lleva al último tramo del año. Por esas fechas toca inventario de lo disfrutado. Las mañanas cálidas, la ropa ligera, la comida fresca, las tardes inmensas, las camas sin mantas, el agua fresca, la cerveza fría, los atardeceres, las noches salpicadas de fuegos artificiales de pueblos en fiestas, el mar, los paseos por la costa, estar tirado en la arena hasta que el sol se ha ocultado. Tantas y tantas cosas antes de que el tiempo vuelva a menguar, y el toque de queda de la oscuridad nos invite subliminalmente a irnos a casa.

El tiempo se va rápido y cuando menos lo esperemos, estará aquí el cambio de hora. Hay que despabilar y ponerse a disfrutar de todas las cosas que ofrece esta maravillosa estación veraniega, para tener las alforjas llenas de fantásticas experiencias y vivencias que alimenten el constante deseo de que vuelva a ser verano.

Vamos a intentar conciliar el sueño con la escasa brisa que está corriendo en las horas que nos llevarán al atardecer. Un domingo de calor, como aquellos del recuerdo, con la misma voluntad de disfrutarlo, y ahora con las nuevas tecnologías, dejar constancia de ello.

Buena semana y de cabeza a Agosto. Recordad que va muy rápido, no perdáis tiempo.

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