Este fin de semana me he encerrado en casa. Si, un fin de semana de Julio, de ese verano que siempre se va volando, y que quiero aprovechar siempre al máximo, encerrado en casa.
Mi periplo viajero de este año, con numerosos eventos, lugares, y sobre todo, fiestas y excesos, me han pasado factura. Un gripazo increíble y un cansancio paralizante me han hecho recalar en casa, en un encierro voluntario que me sirva para reponer fuerzas.
De vez en cuando hay que poner un Stop a la actividad para que podamos seguir en condiciones. Pues como cada vez que estoy demasiado tiempo en casa, ocioso y con poco que hacer, me pongo a ordenar esto y aquello, a "marujear" como se dice vulgarmente, ya sin mucho interés, conocedor que pronto, y espero creer que va a ser pronto, me mudaré a mi nuevo piso.
Pues haciendo cuentas del viaje, de lo vivido y pasado, me entra la curiosidad por viajar sólo. En esta ocasión lo hice acompañado, pero sólo en cuerpo, porque el alma de mi acompañante nunca despegó de Tenerife. Cosas de la vida, el alma requirió a su cuerpo y su viaje casi "astral" le trajo anticipadamente a la isla, dejándome como realmente había estado, solo.
Pues con esa sensación y siempre resolutivo, hice casi todo lo que quería hacer, sin que no tener con quien compartir fuera un obstáculo. De esos largos ratos de soledad, descubrí que la soledad es un acto totalmente voluntario, pues a poco que uno quiera compañía, esta aparece sin más, como si una atracción ejerciera influencia.
Pues de mis vacaciones me voy a quedar con esos momentos en los que la diversión fueron las circunstancias en las que me vi al estar solo. Me di cuenta lo fácil que es conocer gente, porque la necesidad agudiza el ingenio y elimina timideces. Estar abierto a cualquier posibilidad sin entrar a valorar opiniones de segundas o terceras personas, y actuar siempre a criterio propio para diseñar una experiencia en un sitio y entre unas gentes totalmente distintas al entorno habitual.
Pues como siempre que deseo algo, me entra un poco de ansiedad por conseguirlo. Igual peco de inocente, pero me da que si no lo hago pronto, perderé el fuelle. La única vez que viajé solo fue a Gran Canaria, lo que no es que tuviera especial mérito, pero que sin embargo, ahora recordando, me dió grandes satisfacciones, tantas que el día que tuve que volverme me pareció el fin de mi mundo.
Siempre buscando nuevas metas, siempre buscando cosas nuevas que estimulen mi vida, así paso el tiempo, descansando el cuerpo y cansando mi mente. Mi nueva ocurrencia, más allá de este o aquel pavimento para mi casa, va a ser, que destino puede ofrecerme más posibilidades de conocerme a mi mismo por llegar hasta él, solo como la una. Pues en ello estoy, seguro que encontraré un punto de partida para esa aventura nueva, cuando toque.
Y como siempre....aquí estaré comentando lo nuevo, de momento voy a descansar del cansancio de no hacer nada, haciendo algo, no sé que va a hacer, pero ¿hay algo más interesante que proveerse de cosas para el disfrute?
Buena semana
No hay comentarios:
Publicar un comentario