La noche, un fenómeno astronómico derivado de la rotación de la Tierra respecto al Sol.
La noche, el manto oscuro que cubre nuestro entorno y que retira de nuestra vista el paisaje y las cosas. Unos la aman, otros la temen, otros la ignoran y no le echan cuento, pero ahí está, cada día desde hace millones de ellos.
La noche ha servido como paréntesis a la actividad y nos permite dormir, y realmente aunque se puede dormir a cualquier hora del día, nada como hacerlo en la noche. Parece estar ahí con una finalidad concreta, aunque los humanos, como con casi todas las cosas, hemos alterado su naturaleza, llevando luz artificial al reino de la oscuridad, para continuar así nuestra imparable actividad.
Pues una de esas noches, una palomilla, polilla que acabará con mi armario, según un amigo, sobrevoló mi habitación cuando eran las 3.32 horas de la madrugada. El ruido de su suave aleteo me despertó, por resultarme raro y atribuirlo inicialmente a una odiada cucaracha en la papelera. Encendí la luz y la vi fugazmente pasar ante la lámpara, sin poder deteriminar su trayectoria, pero confirmando su presencia, su responsabilidad sobre el ruido, y alejando la idea de la asquerosa cucaracha, bicho que destesto sobre todas las cosas.
Apagué la luz y a dormir otra vez. ¿A dormir? vuelta para aquí, vuelta para allá, y los pensamientos en modo "ON", imposible desconectarlos, mayormente cuestiones relativas al trabajo, problemas pendientes de solución, agendas imposibles de cuadrar, citas sin ganas de atender, reuniones a horas intempestivas. Luego de agobiarme con todos esos rollos atropellados, pues otro grupo de pensamientos cañeros y tal vez más agobiantes. Que asco de trabajo, necesito cambiar pero no estoy haciendo lo suficiente para ello. ¿Y a donde voy yo ahora, con la que está cayendo? buf, y encima mañana llegaré echo polvo por no haber dormido, y vuelta a empezar por donde antes....
La noche, ausencia de luz solar, hora de calma y quietud, en ella se agazapan criaturas extrañas que cobran vida cuando marcha el sol. Así deben ser los pensamientos, por la noche parece que los problemas son más terribles, más irresolubles, más agobiantes, ¿por qué será? tal vez porque sea un coñazo levantarse de la cama e intentar hacer algo mientras el mundo duerme. Porque intentar hacer algo a esas horas es casi de locos y un sin sentido. La prisión de la oscuridad encasilla los movimientos, nos encierra con nosotros mismos y nos impone limitaciones que el día no tiene, y eso puede ser casi una tortura.
La mañana llega, y como si nada hubiese pasado, la luz del amanecer hace huir a todas aquellas criaturas imaginarias, que con forma y cuerpo de problemas y pensamientos, pusieron mi alma y mi corazón a hacer footing hasta casi las 4.30 de la mañana.
Con la luz del día, las sombras se acortan y se recogen sobre si mismas, se esconden ,se disuelven, entonces sale la razón, se despereza, toma el control y la normalidad vuelve.
3.30 de la siguiente madrugada.....LA PALOMILLA, POLILLA o lo que diablos sea ese bicho. Otra vez ahí, a la misma hora, esto no es natural, voy a llamar a Iker Jiménez, esto merece un caso en Cuarto Milenio, ¿será un espíritu, un alma, un mensajero?. Con el ruido y el desvelo veo venir a la trouppe de pensamientos de la noche anterior, con las mismas ganas de fiesta y de fastidiar, pero esta vez no, no, no y no. La mente es mía y aunque llevéis mucho tiempo viviendo ahí, no os da derecho a hacer lo que os de la gana, osea que esta noche, a dormir otra vez, cambio pensamiento agobiante por otro turno, el tacto del volante de piel de un fabuloso Audi A5, mientras tomo las curvas que me llevan a mi casa de Cala Salada en Ibiza, mientras me imagino el chapuzón que me daré en la piscina cuando llegue.
La noche, igual que el día, igual que la tarde, la mañana y todos los momentos. Una realidad adulterada por la menta humana, que no solo lleva luces a donde hay oscuridades sino que también lleva la oscuridad donde sólo debe haber luz. Es nuestra naturaleza, manipuladora y creativa, para bien y para mal, para crear y destruir. Inteligencia de libre albedrío, caballo desbocado con falta de doma y disciplina. Pero todo se andará, habrá que llevar a nuestra mente a los mejores colegios, con las disciplinas más avanzadas, para hacerla noble, respetuosa, ordenada, solidaria, leal, servicial y sobre todo, que sepa hacer su trabajo de forma correcta.
La noche llegará otra vez, y con ella sueños y pesadillas, refugios y prisiones. Es el momento donde nos quedamos con nosotros mismos, con lo que somos, con lo que deseamos, con lo que tememos, lo que añoramos. Hazte buena compañía, no dejes entrar nada que no hayas invitado, pues cuesta menos pensar cosas buenas que cosas malas, y son esas buenas cosas las que importan, las que guían y las que consiguen. A plena luz del día te deseo, felices sueños.
Besos, abrazos y luz a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario