Este es mi primer post desde el 2010. Podría decir que poca vergüenza pero lo que realmente ha sido escaso no es la susodicha, que tengo mucha, sino el tiempo.
Una vida de trashumante entre, hace una hora y una hora más tarde, entre que si lo tengo aquí o me lo he llevado allí, ir o venir o quedarse. Total desorden como antesala al una vida supuestamente más ordenada. Contradicciones en cada situación, en cada rellano de esta escalera que empecé a subir hace ya unos meses.
El año ha empezado con las historias de casi todos los anteriores, pero con más grises y oscuros. Esa "fading" al gris que está provocando la delicada situación económica del país y el duro shock de realidad que ha supuesto para todo el mundo.Lo podemos respirar a diario, en la calle, en el trabajo, en el súpermercado. Esta realidad económica se impone día a día complicando la vida de la gente en un efecto dominó que acaba afectando hasta los que se creían más ajenos al problema.
La sensación es que las cosas son como siempre debieron ser, que la fantasía de opulencia de hace unos años, se ha esfumado a ritmo de una realidad tozuda, que se empeña día a día en poner las cosas en su sitio. Desde hacer la compra "lista en mano" como prodigarse en actividades que suponen compartir para disfrutar a un precio razonable, en forma de cenitas en casa con los amigos en vez de aquellas visitas a los restaurantes. Todo parece que va cogiendo su medida.
Empezamos la segunda década del siglo XXI apelando a poder tener lo que antes teníamos por hecho. A conformarnos con lo que antes era dedicado al derroche, medimos lo que antes hacíamos sin mesura. El agua vuelve a su cauce, como la climatología parece volver a lo que fue, a los inviernos de antaño, lluviosos y diferenciados.
Esta situación de crisis ha supuesto para mi una auténtica revolución, en tanto que he sabido aprovecharme de ella para tomar posiciones de mi vida que antes fueron impensables. Para mi se puede decir que esto ha sido una buena crisis, pero como no soy un elemento aislado, la sensación global y las consecuencias colaterales de la situación si que me afectan. Pienso que este momento en el que nos encontramos debe ser toda una oportunidad para ser mejores. Muchos de los problemas que ahora se plantean requieren de grandes dotes de ingenio, de mucho esfuerzo, de pensar y pensar como hacer las cosas de forma que podamos llevarlas adelante con muchos factores que las complican y que a su vez, hacen que nos sintamos más orgullosos de conseguirlas, más agradecidos en nuestras consecuciones. Esto nos hace mejores, para ahora y para el futuro.
Con plena confianza en que estamos en un importante momento de cambio, pienso que todos debemos ser conscientes de ello, modificando aquellas costumbres "insostenibles" que pudiéramos haber tenido. Esa tentación por siempre tener más a otra de poder vivir con menos. Tener una realidad flexible y adaptable a las situaciones, un modo sencillo de vida basado en el ingenio para aprovechar lo que tenemos a mano y no estar a espensas de los cambios que nos vienen impuestos.
Siempre me han encantado las novedades, los proyectos, las ideas que mejoran la vida de las personas. Esa energía es la que me da aire cuando esta situación me propina momentos de preocupación sobre el futuro inmediato. Hagamos caso aquello de "burro cargado encuentra camino" y confiemos mucho en nosotros mismos, en nuestras ideas, en nuestros sueños, en nuestro ingenio para poner toda la carne en el asador y remar hacia adelante.
El mundo no va a parar, el humano no va a parar. Volvamos a lo sencillo para empezar a construir algo sólido, sostenible y perdurable, fruto de esfuerzo, trabajo, imaginación y finalmente satisfacción y crecimiento personal por haberlo logrado. Estoy seguro que seremos un poco más felices cada vez...hasta el próximo post.
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